Con mínimos requerimientos, apenas un soporte y un
elemento para producir un trazo, nuestra subjetividad encuentra salida a la
expresión. Ponemos en el dibujo el devenir de nuestros pensamientos. Convertimos
la línea en lenguaje, en la casa del Ser.
Dotamos a la línea de atributos y la hacemos hablar suavemente, o gritar desde
la raspadura; la afinamos o engrosamos, le damos continuidad o la hacemos
saltar, la cerramos o la dejamos abierta, la convertimos en textura visual o
aparentamos volumen. Siempre significa, aún fuera de la forma.
El dibujo ya no es una disciplina subalterna, su
autonomía le permite cruzarse con cualquier otro género, analógico o digital.
Su fuerza está en su esencialidad, en su universalidad, en decir con poco, en su
capacidad para transmitir estados. Dibujar es humano. Es la huella que dejamos
inscripta transitando la vida.
En su distinción de la pintura, el dibujo se muestra
como el punto de apoyo para los signos
sobre los cuales mapeamos el mundo físico, siendo él mismo el principal signo de la existencia (W.
Benjamin, 1917).
Asociamos al dibujo con la experiencia humana:
intimidad, informalidad, improvisación, transparencia, autenticidad,
inmediatez, subjetividad, memoria, narrativa, asociación. Dibujar es una sensación (Dexter, Vitamin-d1, 2005).
Bruno nos muestra en sus dibujos retazos de su
intimidad, objetos cotidianos enlazados a sentimientos, emociones y sensaciones
que materializa en trazos, como una cartografía de su mundo.
L. M.
S.S. de Jujuy, Septiembre 2011
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Presentación del libro de poesía "ILOB", de Paula Soruco.
Performance de Charlee Espinoza - ADN Shock
Música con Mistol Algarroba
DJ Mendoxa
JUEVES 29 DE SEPTIEMBRE - 20 HS.
